jueves, 28 de marzo de 2013

Escrache


Reconozco que lo del escrache me está haciendo dudar; razón por la que estoy leyendo y divulgando distintas opiniones. La última la de Guillermo Fernández Vara @GFVara, quien en su blog se manifiesta tajante en contra de cualquier tipo de acoso. 
Sin embargo creo que las cosas no son tan simples, sencillas, como las pinta Guillermo. Ocurre como con las revoluciones; en principio, nadie está de acuerdo con una revolución sangrienta, pero ¿quién no ha justificado o minimizado, los “efectos colaterales” de una insurrección que ha pretendido derrocar a un tirano, subvertir un sistema injusto, despótico, o sanguinario, ya sea la Revolución Francesa, la Rusa,  la Cubana, la protagonizada por Nelson Mandela, o los movimientos opositores que intentaron acabar con dictaduras como la española, la argentina o la chilena? Los escraches no dejan de ser nuevos instrumentos revolucionarios, hasta ahora pacíficos, que usan quienes no pueden o no quieren aguantar mas una situación sangrante, sangrienta (se ha cobrado varias vidas), como son los desahucios en España o los recortes en Grecia.
Quienes recurren a los escraches, quienes los impulsan o apoyan, lo justifican por la desigualdad, por la inferioridad, con la que se enfrentan a la violencia de un sistema, que se ceba en los mas pobres, en los más desfavorecidos, en los más débiles. Además, intentan con estas medidas de presión, de acoso, compensar la desigualdad mediática a la que se enfrentan. ¿Cuántos de los medios de comunicación, de los opinadores, de los políticos, que hoy se manifiestan radicalmente en contra de los escraches se han manifestado, con la misma radicalidad, en contra de las medidas mas duras que se están adoptando en el sur de Europa, impuestas por una autoritaria Troika que a nadie representa desde el punto de vista democrático?
Me da la impresión de que los políticos, nuestros representantes, no acaban de darse cuenta que cada vez hay mas gente que piensa eso de: “¡Que no, que no nos representan”!; gente que, -al no sentirse representada, al no aceptar que la democracia comience y termine con el voto periódico-, está recurriendo a otras formas, a otras formulas para hacer que quienes solo nos representan, provisional y transitoriamente, nos representen teniendo en cuenta el sentir real de los auténticos detentadores de la soberanía nacional que, por si alguien lo olvida, no reside en los políticos, ni siquiera en las Cortes Generales, reside en el pueblo español, como algunos, incluso utilizando el controvertido escrache, están recordando a los políticos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada de blog. Difícil decidir si estoy de acuerdo o no.