Reconozco
que lo del escrache me está haciendo dudar; razón por la que estoy leyendo y
divulgando distintas opiniones. La última la de Guillermo Fernández Vara
@GFVara, quien en su blog se manifiesta tajante en contra de cualquier tipo de
acoso.
Sin
embargo creo que las cosas no son tan simples, sencillas, como las pinta
Guillermo. Ocurre como con las revoluciones; en principio, nadie está de
acuerdo con una revolución sangrienta, pero ¿quién no ha justificado o
minimizado, los “efectos colaterales” de una insurrección que ha pretendido
derrocar a un tirano, subvertir un sistema injusto, despótico, o sanguinario, ya
sea la Revolución Francesa, la Rusa, la
Cubana, la protagonizada por Nelson Mandela, o los movimientos opositores que
intentaron acabar con dictaduras como la española, la argentina o la chilena?
Los escraches no dejan de ser nuevos instrumentos revolucionarios, hasta ahora
pacíficos, que usan quienes no pueden o no quieren aguantar mas una situación
sangrante, sangrienta (se ha cobrado varias vidas), como son los desahucios en
España o los recortes en Grecia.
Quienes
recurren a los escraches, quienes los impulsan o apoyan, lo justifican por la
desigualdad, por la inferioridad, con la que se enfrentan a la violencia de un
sistema, que se ceba en los mas pobres, en los más desfavorecidos, en los más
débiles. Además, intentan con estas medidas de presión, de acoso, compensar la
desigualdad mediática a la que se enfrentan. ¿Cuántos de los medios de
comunicación, de los opinadores, de los políticos, que hoy se manifiestan
radicalmente en contra de los escraches se han manifestado, con la misma
radicalidad, en contra de las medidas mas duras que se están adoptando en el
sur de Europa, impuestas por una autoritaria Troika que a nadie representa desde el punto de vista democrático?
Me
da la impresión de que los políticos, nuestros representantes, no acaban de
darse cuenta que cada vez hay mas gente que piensa eso de: “¡Que no, que no
nos representan”!; gente que, -al no sentirse representada, al no aceptar que
la democracia comience y termine con el voto periódico-, está recurriendo a
otras formas, a otras formulas para hacer que quienes solo nos representan, provisional y transitoriamente, nos
representen teniendo en cuenta el sentir real de los auténticos detentadores de
la soberanía nacional que, por si alguien lo olvida, no reside en los
políticos, ni siquiera en las Cortes Generales, reside en el pueblo español,
como algunos, incluso utilizando el controvertido escrache, están recordando a
los políticos.
1 comentario:
Muy buena entrada de blog. Difícil decidir si estoy de acuerdo o no.
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