miércoles, 13 de julio de 2016

Callejón con salida

Aparentemente, el PSOE se encuentra en un callejón sin salida. Si no apoya con su abstención la investidura de Rajoy, será acusado de irresponsabilidad, de poner en riesgo el futuro de España y de no se cuantas lindezas mas. Si la apoya “a última hora”, con “algunas abstenciones”, durante todo lo que dure la legislatura tendrá que asumir (Podemos se encargará de recordárselo todos los días) que Rajoy será nuevamente presidente con su apoyo, con lo que, en cierta medida, será corresponsable de las nuevas barrabasadas que se perpetren. El precio en las urnas es incalculable, pues muchos votantes no le perdonarán, no le perdonaremos, que haya propiciado la continuidad de Rajoy. Lo dicho: un callejón sin salida.
O no.
En mi opinión, el PSOE tiene, primero, que aguantar los envites actuales, -y los que recibirá según avancen los días y Rajoy no sea capaz de sumar los apoyos necesarios-, manteniendo la posición adoptada, es decir: NO es no, las veces que Rajoy someta a votación su investidura. 
En segundo lugar, si Rajoy fracasa en sus intentos, Pedro Sánchez debería convocar a las fuerzas políticas que no hubiesen apoyado activamente a Rajoy (Podemos, C´s, nacionalistas, independentistas) y proponerles un proceso de negociación para llegar al mínimo común denominador; es decir al acuerdo que permita a todos apoyar la investidura de un candidato que forme un gobierno progresista/reformista; que cierre el negro periodo que Rajoy ha protagonizado; que siente las bases para iniciar las reformas que todos entiendan necesarias; que derogue las medidas mas lacerantes del gobierno de Rajoy y que haga frente a los nuevos ataques que nos vienen de la Unión Europea.
La única alternativa posible a Rajoy, si este fracasa, es un gobierno apoyado por el PSOE, Podemos y C´s; un gobierno similar al que hubiese sido posible hace unos meses, pero que los sueños de algunos no permitieron.
Esto que planteo no tiene nada que ver con lo que está insinuando Podemos para arrinconar aun mas al PSOE: Un gobierno apoyado por las fuerzas progresistas e independentistas. Ni los números ni algunos planteamientos de estas fuerzas lo permiten, por mucho que lo diga Podemos. Lo que planteo es una alternativa que, además, hará que todos tengan que retratarse.
Esta es, en mi opinión, la salida que pude abrirse en el callejón en el que se encuentra el PSOE. Veremos

lunes, 27 de junio de 2016

Fracaso


Que Rajoy ha ganado las elecciones es indudable, aunque aun tendrá que vencer importantes dificultades para formar gobierno. Resulta difícil entender que -con el sufrimiento que han causado a muchos españoles, con el estropicio que han provocado en nuestro Estado de Bienestar, con la corrupción que han albergado y albergan en su seno-, cerca de ocho millones de españoles le hayan vuelto a dar su confianza, pero lo han hecho y hay que ser respetuosos con ellos.
Pablo Iglesias y Podemos sacrificaron tras el 20D un gobierno de cambio, reformista, ante la posibilidad que le apuntaban las encuestas de convertirse en la primera fuerza de la izquierda. Por eso propiciaron la “segunda vuelta” en la que pensaban era posible el “desempate”.  Iglesias pasó del “Que se queden la bandera roja y nos dejen en paz”, dirigido a IU, a la coalición con ellos pensando solo en el millón de votos que le permitiría reclamar la primogenitura de la izquierda tras superar en votos al PSOE, como vaticinaban las encuestas. Hoy han sacado los mismos escaños y menos votos que entonces. El corazón no ha funcionado, ¿o si? 
Ciudadanos ha pagado su acuerdo con el PSOE con la devolución de votos y sobre todo escaños al PP, fracasando en su intento de convertirse en el referente del centro derecha moderada y renovadora. Ahora se enfrentan a la difícil tesitura de permitir el gobierno de Rajoy.
¿Y el PSOE? Han obtenido los peores resultados de la historia democrática de España; han borrado del mapa el color rojo en todas y cada una de las circunscripciones, incluidas las irreductibles andaluzas y extremeñas, y, aun así, festejan que siguen siendo la primera fuerza de la izquierda y que podrán seguir liderando la oposición, culpando a Podemos de su situación, olvidando que es la deriva de muchos años la que les ha llevado a ella. Aunque los barones y la baronesa andaluza no están para imponer mucho, Pedro Sánchez seguramente tendrá que permitir el gobierno del PP, salvo que Podemos aceptase, cosa bastante improbable, un gobierno reformista/progresista, que sacara a Rajoy de la Moncloa y abriera una nueva transición en España.

En fin, tras el fracaso post 20D, hoy mas fracasos. De todos, salvo Rajoy que ha aguantado contra viento y marea. Los ciudadanos hemos hablado; ahora, de nuevo, los responsables políticos tendrán que interpretar lo que le hemos dicho. ¿Serán capaces? Veremos.

viernes, 24 de junio de 2016

Voto de Confianza


En las elecciones del domingo solo tengo dos alternativas de voto: PSOE o Unidos Podemos. Ninguna otra opción se aproxima a mi pensamiento, a mi ideología.
Desde 1988, en que deje de militar en el PSOE por decisión personal de Rodríguez Ibarra, he sido votante del PSOE, -el partido con el que ideológicamente más identificado me he sentido-, pero votante crítico, lo cual me ha llevado a disentir públicamente de las decisiones que he entendido se alejaban de los principios socialistas, o de sus compromisos electorales. Mis amig@s de las Redes Sociales y mi Blog son testigos de esto.
Ahora, en un escenario electoral incierto, -en el que tengo el pálpito de que Unidos Podemos va a canalizar, como hizo el PSOE en 1982, el deseo de cambio profundo de una gran parte de la sociedad española, las más joven fundamentalmente-, he decidido de nuevo dar mi voto, mi voto de confianza, al Partido Socialista.
Pero este voto no es un cheque en blanco; es un voto que quiero utilicen para propiciar un gobierno de progreso con Unidos Podemos; un gobierno que ponga fin al peor gobierno de la democracia, que ha presidido el peor Presidente desde el inicio de la transición. Un gobierno que derogue las medidas más negativas de los dos últimos gobiernos (Artículo 135 de la Constitución, Reformas laborales, Ley Mordaza, Ley Wert, .....), afiance los derechos sociales, retome una senda fiscal progresista y progresiva que ponga el acento en los impuestos directos; un gobierno que afronte los pactos de estado que hacen falta para combatir la violencia machista, los déficit de nuestro sistema educativo, la corrupción, o el futuro de la Unión Europea; un gobierno que retome una senda de progreso por la que la mayoría de los ciudadanos podamos transitar con sosiego. Un gobierno que debe liderar la formación que obtenga el mayor número de diputados. . 
Sé que este gobierno no será posible si Unidos Podemos no aparca alguno de los compromisos con sus confluencias, especialmente el referéndum catalán, pero tampoco será posible si el PSOE, sus dirigentes, sus barones y baronesas, sus jarrones chinos, no aceptan que estamos ante nuevos tiempos (El Brexit como último hito) que requieren nuevas respuestas; respuestas que, en mi opinión, solo pueden venir desde un gobierno progresista, con amplio respaldo parlamentario y social, y eso solo va a ser posible con la suma de PSOE y Unidos Podemos.
Para eso, el PSOE recibirá el domingo mi voto; mi voto de confianza. 

Espero que no la traicionen.

lunes, 18 de enero de 2016

Ruptura o Reforma

Las elecciones del pasado 20 de diciembre ha dejado algunas cosas claras: Una, que se acabaron las mayorías absolutas y, con ello, el bipartidismo; otra que la mayoría de los españoles hemos votado por el cambio. Lo que no está tan claro es hasta donde queremos que llegue el cambio; si basta con regenerar los aspectos que han deteriorado hasta el extremo actual el sistema que nos dimos con la Transición, o si queremos cambiar radicalmente las bases de nuestra convivencia. Reforma o Ruptura es la disyuntiva, como lo fue al final de los 70 del siglo pasado, cuando la muerte del dictador dividió a las fuerzas políticas entre quienes querían dar la vuelta como un calcetín al régimen franquicia, y quienes apostaron por construir, poco a poco, tragando algún que otro sapo, un régimen democrático, homologable a los de nuestro entorno.
No hace falta recordar que triunfaron las tesis reformistas que, mediante lo que hemos llamado Transición, nos permitió construir un “Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”, que, con sus imperfecciones, nos permitió alcanzar un alto nivel de igualdad y de bienestar social
En ese proceso, el protagonismo político principal lo tuvo el PSOE que apostó por las tesis reformistas, renunció a los aspectos mas chirriantes de sus principios ideológicos y, desde los gobiernos del Cambio, trajo a este país reformas y universalizaciones de servicios públicos que nos permitieron, en cierta medida, equipararnos a los países del norte de la Europa en la que, también de la mano del PSOE, entramos en 1.985.
Todo esto es historia, pero historia que no convienen ni olvidar ni borrar.
Ahora nos encontramos ante una nueva coyuntura; nuevamente los partidos políticos tienen que decidir entre Ruptura o Reforma. Las diferencias con aquella que dio paso a la Transición son bastantes y sustanciales. A mi personalemnete me preocupa una: la que parece agrupar a los partidarios de una u otra opción en función de la edad y no en función de la ideología, como ocurría en 1.975.
En esta coyuntura, otra vez, el PSOE vuelve a ser determinante, aunque los compañeros de viaje son completamente diferentes. A un lado, el PP que acepta cambiar algo, para que nada cambie; al otro lado una fuerza emergente: Podemos, que aun no ha definido claramente hasta donde quiere llegar, mas preocupados sus dirigentes en su anhelo de fagocitar al PSOE que por apoyar un consenso de fuerzas progresistas que permita recuperar los derechos y libertades cercenados en los últimos años, y afrontar ordenadamente un nuevo modelo territorial que no solo de respuesta a los anhelos soberanistas, sino tambien a los anhelos de quienes quieren dejar de estar en el furgón de cola del desarrollo español.

En esta coyuntura, el problema para el PSOE es decidir si quiere quedarse apuntalando algo que se cae, -apoyado en un electorado cada vez de mas edad por el que compite con el PP-; intentar liderar un proceso mas rupturista de fuerzas progresistas, en el que posiblemente podría entrar Ciudadanos; o, simplemente, cambiar nuevamente de liderazgo, ganando tiempo, de victoria en victoria, hasta la derrota final.

martes, 7 de julio de 2015

Un Gobierno corto.



La lectura del Decreto publicado hoy en el DOE, por el que se modifican la denominación, el número y las competencias de las Consejerías de la Junta de Extremadura, pone de manifiesto, en mi opinión, que Guillermo Fernández Vara​ se ha quedado corto a la hora de decidir reducir a cinco las Consejerías que tendrán que gestionar todas las competencias de la Comunidad Autónoma y planificar y ejecutar las distintas políticas.
La consecuencia es, al menos, que a Santos Jorna​ se le pone al frente de una macro Consejería que seguramente daría para dos; una encargada de la Política Agraria y el Desarrollo Rural y Local, y otra encargada de la Ordenación del Territorio, las Infraestructuras y el Medio Ambiente.
En cambio, reunir en una Consejería todas las competencias relacionadas con la Economía y el Desarrollo Productivo y Empresarial (Economía, Industria, Energía, Comercio y Turismo) me parece un acierto, aunque a esa Consejería, a cuyo frente estará José Luis Navarro​, creo que le sobra en el nombre lo de "Infraestructuras, sobre todo cuando solo se le adscriben las hidráulicas que podrían perfectamente encajar junto al resto de infraestructuras en la de Ordenación del Territorio.
Supongo que con el nombramiento de Secretarios y Directores Generales se desarrollará esta concentración, pero creo que un Consejo de Gobierno de seis Consejer@s ejecutiv@s mas la Consejera Portavoz, hubiese dado algo de mas racionalidad a la estructura de la Junta de Extremadura.

Es solo una opinión;  quién  tiene la responsabilidad es quien ha decidido lo que considera mejor para gobernar. Que tenga suerte.

miércoles, 1 de julio de 2015

Solos no podemos



Me gustó el discurso de investidura de Guillermo Fernández Vara. Que palabras como humildad, ética, transparencia, dialogo, destacaran en el mismo muestra la voluntad del ya investido Presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura de abrir un tiempo nuevo, de gobernar de forma diferente, no solo por no disponer de mayoría absoluta, sino porque está convencido de que es lo que quiere la gente.Su insistencia desde hace meses en que lo importante, lo prioritario, es la gente, sus problemas cotidianos: empleo, precariedad, educación, etc., tiene traslación en un programa con una fuerte carga social, con la lucha contra la exclusión social como primer y gran objetivo. 
Me ha gustado hoy también cuando ha puesto a Monago en su sitio que no es otro que el de líder (de momento) del principal partido de la oposición, bajándolo del pedestal desde el que pretendía relacionarse de "presidente a presidente" durante toda la legislatura, o cuando con contundencia le ha dicho que no volverá a ponerle la otra mejilla.
Y me ha gustado cuando ha dicho que sólo no podemos.
Desde hace años se había venido extendiendo en Extremadura la idea de que solo, con nuestros medios, con nuestros recursos, con nuestra gente, podíamos salir adelante y recuperar las distancias que nos separaban y, ahora aun mas, nos separan de los estándares españoles y europeos de empleo, renta o riqueza. Esto no era posible en los años de bonanza, y menos lo es ahora, después de que la gestión de la crisis, primero por Zapatero y después por Rajoy, nos haya hecho retroceder sustancialmente. 
Salir adelante, reducir sustancialmente las tasas de desempleo, aumentar las rentas de  las familias, eliminar las alarmantes tasas de exclusión social que sufrimos, requiere, por supuesto, poner en valor todos nuestros potenciales, nuestros recursos, pero requiere igualmente el esfuerzo solidario del gobierno central, sea este el actual del PP o el que salga de las elecciones generales del próximo otoño. 
Guillermo Fernandez Vara ha hablado para ello de un régimen fiscal especial para Extremadura. No se si esta es la formula idónea, pero, en cualquier caso, lo indiscutibles es que Solos no podemos.

martes, 2 de junio de 2015

Transparencia


Transparencia, la palabra que, parece, va a presidir la política en Extremadura los próximos años. Como primer ejemplo, grabación y publicación de la primera reunión entre PSOE y Podemos. Tras un breve y fácil examen que Guillermo Fernández Vara supera sin muchos problemas, Podemos deja claro que pretenden ser los que impartan certificados de credibilidad. 
En mi opinión, el secretísimo está reñido con la transparencia, pero no la discreción. Negociar, acordar, pactar, con las cámaras como testigos es casi imposible. Prima la audiencia, el "teatro". Si encima la siguiente reunión va a ser con público, (en La Corrala), me da que poco se va a acordar. Publicar las agendas de las reuniones, sus resultados, los encuentros y desencuentros, es transparencia; lo otro, lo de hoy, no tengo claro qué es y, sobre todo, a donde lleva. Veremos.

https://www.youtube.com/watch?v=x_66hJ-L9ew