Nuestro Lince nos ha salido rana, o, para ser mas exacto, Gata.
La segunda visita al veterinario ha despejado la incertidumbre que nos embargaba ante su escandalosa y extraña barriga abultada, que nos había llevado, primero, a observar que defecaba normalmente y que, por tanto, no tenia obstrucción intestinal, y después, a una primera visita al veterinario quien achacó a unos presuntos parásitos el anómalo abultamiento, recomendándonos que cogiéramos sus heces para analizarlas.
Aquí nos tenéis hoy, de camino al veterinario, con nuestras (sus) heces, y nuestro gato, para que le hicieran una radiografía que nos tranquilizara.
La sorpresa ha sido mayúscula; nuestro Lince, en realidad es una gata con precocidad sexual (embarazada con menos de 5 meses), genitales algo extraños (dos abultadas manchitas negras simulan los testículos), que han sorprendido a los propios veterinarios, y, al menos, cuatro fetitos en su abultada barrigita.
De vuelta a casa lo primero ha sido mirar a Medianit@ para comprobar si también nos había engañado y tras su delicadeza y finura se oculta no un gato afeminado como pensábamos, sino una preciosa gatita. La duda nos corroe y es posible que no haya que cambiarle el nombre: Flor, como intuitivamente le puso Olivia, vale. Al Lince hemos decidido llamarle Lin-zorra.