martes, 6 de mayo de 2014

El humo de Monago

Monago vende humo, pero lo vende bien. Hoy, en el Discurso sobre el Estado de la Región, ha vendido mucho utilizando como combustible para generarlo los fondos que desde la Unión Europea vendrán a Extremadura en el periodo 2014-2020; fondos que puede que él no gestione, pero que hoy le han permitido anunciar una larga retahíla de propuestas y medidas para el medio y el largo plazo.
Ejemplo del humo que vende, lo de “La Tierra para el que la trabaja”. Solemnemente ha anunciado que “vamos a ser la primera región de la historia de España que devuelva a su pueblo todas las tierras propiedad del Gobierno”, para después anunciar la creación de un Banco de Tierra que formará con más de 4000 huertos. Es decir, la “Reforma Agraria” del Barón Rojo Popular consistirá en hacer emprendedores agroecológicos de Extremadura, o sea, empresarios modernos, a los hortelanos, en gran medida jubilados que cultivan los huertos propiedad de muchos ayuntamientos de la región, quienes, según el plan, en una primera fase abastecerán a locales de restauración de sus respectivas zonas y en una segunda fase transformarán esas producciones ecológicas, (supongo, aunque no lo ha dicho Monago), para abastecer ese mundo mundial que estamos conquistando comercialmente.
Como ejemplo de esa hábil utilización de humo a partir de unos fondos aun en fase de planificación, el Agrotech, (nueva palabreja con la que se refiere a la innovación en el medio rural, y que pretende sea un Plan Director de Política Económica inspirado en Dinamarca, en la provincia italiana der Parma y en el Estado de Israel nada menos), o el Sistema de Garantía para Mayores de 45 años.
En los anuncios sobre política fiscal aparece de nuevo el Monago comercial bien asesorado, que anuncia importantes rebajas de tasas o impuestos que él mismo creó, de la misma forma que aparece el dadivoso presidente que concede incrementos de ayudas previamente eliminadas o promete recuperaciones salariales a funcionarios a los que previamente devaluó salarialmente.
En definitiva, un discurso no del Estado de la Región sino preñado de promesas electorales a un año vista de las elecciones y sobre las que por tanto no hay garantía alguna de realización. 
Humo sí, pero bien vendido. 

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