lunes, 8 de septiembre de 2014

EL OJO INVERSIONISTA DE MONAGO

El Presidente Monago está demostrando que tiene buen ojo para rentabilizar las inversiones o, al menos, que tiene un buen asesor financiero que le indica donde poner dinero con rápido retorno y alta rentabilidad. 
Lo hizo con la fiesta de los Palomos 2014 en Badajoz, financiando a los organizadores, la Fundación Triangulo, con 95.000€. El beneficio fue inmediato: Fotos con sus satisfechos responsables; loores y parabienes del colectivo de LGTB; premios y distinciones, etc. Nuestro Barón Rojo, que cree en las ideas mas que en las ideologías, dejó fuera de juego a los suyos pero sacó buen rédito  asesor que le indica donde pone  que en las ideolog los organizadoresl menos, que tiene un buen asesor que le indica donde ponemediático y, seguramente, político.
Después fueron los artistas, ese colectivo que parecía que solo apoyaba al de la ceja y criticaba al Gobierno del PP en la fiesta de los Goyas, y que ahora se ha rendido ante quien dice rebajar el IVA cultural y los premia en la Gala de los Ceres. Una inversión de algo mas de 600.000€ bien rentabilizada por quien se ha convertido en “referencia cultural” en España. (Loquillo dixit).
Por bastante menos dinero, 121.000€ exactamente, IVA incluido, Monago ha conseguido que Extremoduro promocione los productos ecológicos extremeños en sus conciertos. De propina, nuestro inversor presidente se ha hecho una foto de alto valor; nada menos que colgando una medalla, la Medalla de Extremadura, en el cuello del irreductible Robe Iniesta, líder de nuestros embajadores ecológicos.

Lo dicho, tenemos un Presidente que, cuando deje de serlo, podrá ganarse la vida como inversionista, dada la visión que ha demostrado para invertir dinero con alto rendimiento.  Lastima que el “master” que ha realizado en estos últimos meses lo haya financiado con nuestro dinero.

jueves, 5 de junio de 2014

Un Rey legítimo

La Constitución Española establece que la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria; determina que la Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan Carlos de Borbón; y da preferencia en la sucesión al hijo varón del Rey. Por tanto, el ascenso de Felipe de Borbón a la Jefatura del Estado español es acorde con la Constitución. Felipe VI será un Rey legítimo.
Tan legitimo como lo es proponer una modificación de la Constitución de 1.978, o una nueva Constitución, para lo cual solo es necesario seguir el procedimiento establecido en el Título X de la vigente, el cual exige un referéndum para la ratificación de la modificación cuando esta tenga un determinado alcance o lo solicite una parte de las Cortes Generales.
Tan legítimo como exigir en la calle a los partidos políticos, al Gobierno, que promuevan un referéndum consultivo, al amparo del artículo 92 de la Constitución, para que los ciudadanos españoles se pronuncien sobre la forma política que consideran más adecuada para el Estado español en los momentos actuales: Monarquía, República , Estado Federal, etc.
Visto lo visto, está claro que los principales partidos que suscribieron el pacto político y constitucional que sirvió de soporte a la Transición, PSOE y PP, no consideran ni necesario, ni oportuno afrontar un proceso que no saben a dónde conduciría. Se impone en ellos la prudencia que aconsejó, en 1.978, impulsar un camino pausado y, en teoría, seguro, al contar con el beneplácito tanto de las fuerzas democráticas como de los poderes fácticos que en aquellas fechas intentaban administrar el legado franquista.
Pero también, visto lo visto en los últimos días, no es aventurado pensar que más antes que después, más pronto que tarde, se abrirá paso la idea de que el agotamiento de la primera Transición y, sobre todo, la grave crisis institucional, política y económica que asola a España obliga a abordar un proceso en el que, entre todos, definamos que queremos que sea nuestro país en pleno siglo XXI.
En mi opinión, es llegado el momento de abordar una profunda reforma constitucional, que refuerce los principios inspiradores del Estado social y democrático de Derecho que nos dimos en 1.978, incorporando a los de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político, otros como el de la participación, transparencia, o laicidad; una reforma que recupere para los ciudadanos la soberanía perdida a favor de los mercados con la modificación nocturna y alevosa del artículo 135, establezca líneas rojas infranqueables en defensa del estado de bienestar y blinde los servicios públicos esenciales; una reforma que aborde una nueva configuración federal del Estado en la que tengan cabida la solidaridad y las legitimas aspiraciones de los ciudadanos catalanes, vascos o murcianos; una reforma que, - tras oír la voz de los ciudadanos en un referéndum consultivo-, establezca si la forma política del Estado español sigue siendo una Monarquía parlamentaria o pasa a ser una República democrática.
Ojalá, en los primeros años del reinado del legítimo Felipe VI, seamos capaces de abordar ese proceso que requiere mucha altura de miras, pero que es imprescindible si queremos abortar la deriva de un país que se desangra social, económica y políticamente. Especialmente creo que esa altura de miras debe estar presente en quienes protagonizaron políticamente la primera Transición que, -además de elogiarle hasta el baboseo en algunos casos-, podían seguir el camino trazado por Juan Carlos I con su abdicación, dando paso con ello a las nuevas generaciones de españoles y españolas, tan preparados o más que el heredero para asumir el protagonismo que reclaman y que les corresponde. Si no lo hacemos, si no lo promueven los principales partidos políticos, es previsible que los ciudadanos protagonicen nuevas mareas que se lleven por delante los restos del naufragio de la primera Transición; mejor para todos que con el reinado de Felipe VI se inicie una nueva Transición que, ahora sí, rompa con los vestigios del antiguo régimen.

Mi opción está clara: Larga vida al ciudadano Felipe de Borbón, corta vida al Rey Felipe VI.

lunes, 26 de mayo de 2014

PSOE: Renovarse o seguir muriendo

Tras los catastróficos resultados obtenidos en las elecciones europeas por el PSOE, nadie en dicho partido dudará de la necesidad de abordar una renovación profunda que intente evitar que el centenario partido siga el camino que ha llevado al PASOK griego a la desaparición.
Tengo dudas sin embargo de que todos los dirigentes socialistas entiendan que la renovación debe ir bastante más allá del cambio de dirección y de rostros electorales, llegando a una clara redefinición del proyecto político y, con él, a un giro hacia la izquierda.
Indudablemente, la renovación de personas es imprescindible, urgente, imperiosa. Es llegado el momento de jubilar definitivamente a quienes acompañaron a Felipe Gonzalez en la década de los 80, y convirtieron al PSOE en el eje vertebrador de una nueva España, más moderna, más justa y más igualitaria. Es hora de hacer descender del autobús a quienes son un lastre en la parte trasera del mismo y, con sus movimientos, ponen en peligro la estabilidad del vehículo. Es necesario que los Chaves, Griñán, Ibarra, y un largo etc. en cada Comunidad Autónoma, entiendan que su tiempo pasó y que es hora de que disfruten de un merecido retiro.
Pero esta renovación en las personas, -que debe dar lugar inmediatamente a una nueva dirección del partido-, es condición imprescindible pero no suficiente. Si el PSOE aspira a seguir siendo un partido de gobierno en España, influyente en Europa, debe abordar otras importantes renovaciones.
La principal, ideológica. En los últimos años el PSOE ha dejado de ser referente para parte importante del electorado de centro izquierda español, al hacer suyos los principios económicos que han llevado a Europa a la situación actual. Recuperar las señas de identidad de la socialdemocracia europea: Crecimiento económico; redistribución de las rentas; fiscalidad progresiva que ponga el acento en los impuestos directos y no en los indirectos; incremento del gasto social, etc., es condición sine qua non para recuperar la confianza de millones de trabajadores españoles que han visto como el PSOE les abandonaba a su suerte, avalando cuando no impulsando políticas económicas y laborales que les han dejado a los pies de los caballos neoliberales que campan a sus anchas por Europa tras arrasar el Pacto Social que hizo a Europa un continente modélico con su Estado de Bienestar Social ahora desmantelado.
Este giro ideológico es necesario si el PSOE quiere tener posibilidades de atraer de nuevo a esa parte importante de la clase trabajadora que se refugia en la abstención o deposita su confianza en viejas y nuevas organizaciones de la izquierda. Las elecciones europeas, en España, la ha ganado la izquierda por número de votos y de diputados, pero esa mayoría no gobernará en España si no se produce la convergencia entre las fuerzas que la representan, y esa convergencia no será posible mientras el PSOE piense que puede volver a gobernar arrebatando los votos más moderados al PP.
Por supuesto además de estas importantes renovaciones de personas y de modelo, hacen falta más cosas: Apostar de verdad por la transparencia y la democracia participativa; integrarse de nuevo en la sociedad; recuperar la calle al lado de quienes luchan por sus derechos y contra las injusticias….
Y recuperar Cataluña. Los grandes triunfos del PSOE han pasado siempre por ganar elecciones en Andalucía y Cataluña. Mientras Andalucía resiste “roja”, en Cataluña el PSOE, rendido al PSC, no llega al 15% de los votos, como consecuencia de la desafección de su electorado no nacionalista que abandona un escenario político en el que no se cuenta con él. Y aquí, nuevamente, el PSOE tiene que ser radical: Romper con el PSC, recuperar sus siglas y señas de identidad y apostar claramente por un modelo federal en el que el Partido Socialista debería ser el garante de la igualdad y solidaridad entre los distintos pueblos de España.

martes, 6 de mayo de 2014

El humo de Monago

Monago vende humo, pero lo vende bien. Hoy, en el Discurso sobre el Estado de la Región, ha vendido mucho utilizando como combustible para generarlo los fondos que desde la Unión Europea vendrán a Extremadura en el periodo 2014-2020; fondos que puede que él no gestione, pero que hoy le han permitido anunciar una larga retahíla de propuestas y medidas para el medio y el largo plazo.
Ejemplo del humo que vende, lo de “La Tierra para el que la trabaja”. Solemnemente ha anunciado que “vamos a ser la primera región de la historia de España que devuelva a su pueblo todas las tierras propiedad del Gobierno”, para después anunciar la creación de un Banco de Tierra que formará con más de 4000 huertos. Es decir, la “Reforma Agraria” del Barón Rojo Popular consistirá en hacer emprendedores agroecológicos de Extremadura, o sea, empresarios modernos, a los hortelanos, en gran medida jubilados que cultivan los huertos propiedad de muchos ayuntamientos de la región, quienes, según el plan, en una primera fase abastecerán a locales de restauración de sus respectivas zonas y en una segunda fase transformarán esas producciones ecológicas, (supongo, aunque no lo ha dicho Monago), para abastecer ese mundo mundial que estamos conquistando comercialmente.
Como ejemplo de esa hábil utilización de humo a partir de unos fondos aun en fase de planificación, el Agrotech, (nueva palabreja con la que se refiere a la innovación en el medio rural, y que pretende sea un Plan Director de Política Económica inspirado en Dinamarca, en la provincia italiana der Parma y en el Estado de Israel nada menos), o el Sistema de Garantía para Mayores de 45 años.
En los anuncios sobre política fiscal aparece de nuevo el Monago comercial bien asesorado, que anuncia importantes rebajas de tasas o impuestos que él mismo creó, de la misma forma que aparece el dadivoso presidente que concede incrementos de ayudas previamente eliminadas o promete recuperaciones salariales a funcionarios a los que previamente devaluó salarialmente.
En definitiva, un discurso no del Estado de la Región sino preñado de promesas electorales a un año vista de las elecciones y sobre las que por tanto no hay garantía alguna de realización. 
Humo sí, pero bien vendido. 

miércoles, 30 de abril de 2014

Unidad Sindical

Hace casi 40 años, cuando con la Transición la actividad sindical dejó de ser clandestina, comenzó el largo camino de la Unidad Sindical en España.

Quienes vivimos en primera línea aquellos años sabemos de lo tortuoso del camino, los obstáculos que dificultaban, cuando no impedían, un proceso de unidad que los trabajadores pedían a gritos.

Para dar respuesta a los grandes retos, CC.OO y U.G.T acudían a la unidad de acción, mediante la cual se dejaban de lado las grandes diferencies existentes para aborda a través de la lucha sindical, los graves problemas que aquejaban a los trabajadores, a la clase trabajadora como, sin rubor, se denominaba entonces al conjunto de los trabajadores y sectores populares.

Los sindicatos, además de organizaciones de trabajadores, eran parte de las distintas familias en las que se organizaba la izquierda política; Sindicato Socialista, fue un apellido lucido con orgullo por la UGT, quien hacia gala de tener el mismo fundador que el PSOE: Pablo Iglesias. Sindicato comunista era la coletilla con la que se denominaba a las Comisiones Obreras, fundadas por militantes del PCE en la mina asturiana de la Camocha, aunque los dirigentes del Sindicato nunca asumieron ese apellido a pesar de la militancia comunista de la mayor parte de ellos y de los cuadros sindicales.

Los modelos sindicales también acrecentaban las diferencias. Infiltrada en el Sindicato Vertical, Comisiones Obreras apostó por aprovechar y aprovecharse de las estructuras del sindicato franquista, mientras que UGT mantuvo su lucha clandestina y, como consecuencia de ello, menos visible y presente en el seno de las empresas. Mas tarde, ya legalizados ambos sindicatos, CC.OO siguió apostando por los “órganos de representación unitarias” (Los Comités de Empresas) en los que se movían como peces en el agua, mientras que UGT apostaba por un modelo que tenia como base las Secciones Sindicales de empresa, formadas por los afiliados de cada sindicato.

La acción sindical también era distinta en aquellos años 70/80 del siglo pasado; mientras para CC.OO la acción sindical tenia como eje central la confrontación, UGT, de la mano de sindicalistas provenientes de la USO, como José Mª Zufiaur), apostaba por una acción sindical en la que primero se recurría a la concertación para pasar a la acción solo cuando aquella fallaba. Años costó que CC.OO asumiera esta doble estrategia de UGT que, en solitario, consiguió importantes avances como el original Estatuto de los Trabajadores, la Ley de Libertad Sindical o los Acuerdos Nacionales sobre Empleo y Negociación Colectiva.

Eran años en los que ambos sindicatos tenían que competir por la representación de los trabajadores, en unas elecciones sindicales durísimas, que mermaban drásticamente los escasos recursos económicos de que disponían y generaba importantes confrontaciones en el seno de la empresas. Eran años de confrontación sindical, simbolizada en aquel famoso debate televisivo en el que Nicolás Redondo lanzó a Marcelino Camacho aquel: “Mientes Marcelino y tu lo sabes”.

Desde entonces ha llovido mucho; hoy ni UGT es el sindicato socialista en el que obligatoriamente militaban los afiliados del PSOE, ni CC.OO hace piña con el PCE o IU, teniendo ambos amplia pluralidad de militancia (y no militancia) política entre sus dirigentes, cuadros y afiliados; hoy los modelos sindicales apenas se diferencian ni estratégica ni organizativamente; y hoy, la confrontación sindical ha dado paso a un proceso de unidad sindical, de estrategia y de acción, que hacen a Cándido y Toxo las dos caras de la misma moneda.

Este nuevo camino unitario se comenzó a forjar entre 1.985 y 1.990, cuando las agresiones de los gobiernos de Felipe González a derechos y condiciones de los trabajadores dieron paso a las movilizaciones de 1.985, contra la modificación de las pensiones, y, sobre todo, a la primera gran Huelga General del 14D de 1.988, igualmente contra las medidas laborales impulsadas por el gobierno socialista.   

Hoy los sindicatos están siendo agredidos por tierra, mar y aire, por quienes saben, desde la derecha política, económica y mediática, que son el último bastión capaz de intentar oponer alguna resistencia ante el tsunami neoliberal que asola Europa y, especialmente, los países del Sur. Por si no fuese suficiente con el “enemigo” externo, los sindicatos debilitan su imagen por errores propios y por algunas actuaciones poco claras, hoy sometidas al escrutinio público y ciudadano. Como consecuencia de ambos factores, y de algún otro, los sindicatos se están viendo privados de los recursos económicos y humanos necesarios para abordar con mínimas garantías de éxito su importante labor.

Llegados aquí, y precisamente el 1º de Mayo, Día de la Clase Trabajadora, me permito lanzar una pregunta; un reto:

¿No es llegado el momento de abordar un proceso de debate, análisis, y consulta a los trabajadores, que permita explorar las posibilidades de poner en marcha un proceso de Unidad Sindical “constituyente” que concluya con la gran Central Sindical de Clase, capaz de ofrecer alternativas al pensamiento único y de rearmar a los trabajadores ante los cada vez mas descarados y descarnados embates de quienes están imponiendo en Europa un nuevo modelo de Relaciones Laborales y, como consecuencia, derribando lo que queda del Estado de Bienestar que nació en Europa en la segunda mitad del siglo pasado, como conquista de los trabajadores y como freno a posibles aventuras  revolucionarias?

Lanzo la pregunta y me pronuncio: Sí; es llegado ese momento.


domingo, 23 de marzo de 2014

DIGNIDAD

A pesar del intento de la mayor parte de los medios de comunicación nacionales y regionales de ocultar el discurrir de las columnas que desde distintos puntos de España convergían hacia Madrid, el #22M ciento de miles de ciudadanos hemos acompañado a los integrantes de las columnas en la última parte de su recorrido, desde Atocha hasta Colón, arropándoles y amplificando su exigencia de pan, trabajo y techo.

Curioso, por no decir otra cosa, el papel de esos medios de comunicación que siguen sin entender que, -si ellos no informan, mienten (sobre el numero de manifestantes por ejemplo), o manipulan (la manifestación mas violenta de la legislatura)-, los ciudadanos tienen otros medios para informarse, para conocer la verdad de lo que ocurre, y, sobre todo, para comunicarse. La decisión del turco Erdogan de cerrar Twitter resulta reveladora en este sentido.

El #22M la izquierda salió a la calle en Madrid; la izquierda radical, (simbolizada por el “asalta supermercados” Sánchez Gordillo), que radicalmente se opone a que los efectos de la crisis la paguen las clases mas desfavorecidas;  la izquierda alternativa, que intenta, ya veremos con que éxito, canalizar el hartazgo hacia los políticos tradicionales de parte de la población; pero sobre todo la izquierda ciudadana, y (como se decía antes) la clase trabajadora.

En la manifestación se vieron miles de banderas; banderas de las comunidades autónomas de donde salieron las columnas; banderas republicanas, que brillaban mas que la enorme enseña nacional que preside la Plaza de Colón; banderas de diversos grupos de la izquierda radical y alternativa; y banderas, muchas banderas, de Izquierda Unida, que ve al alcance de la mano el sorpasso, si, como parecía ponerse de manifiesto allí, se convierte en la principal referencia electoral de esa clase trabajadora que movilizada puede volver a marcar los destinos de este país.

Al hilo de esto, una última reflexión; la noche del #22M, una militante socialista extremeña decía en un tuit que las personas que se estaban manifestando en Madrid estaban defendiendo los derechos que consiguió el PSOE. Tiene parte de razón, aunque posiblemente no bien expresado. Lamentablemente, el PSOE no estaba allí para acompañar a quienes estábamos defendiendo esos derechos. Estaba de campaña.



miércoles, 26 de febrero de 2014

Nos toman por tontos

Esta mañana, el Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno extremeño, el Catedrático Sr. Fernández, se dio prisas en valorar el impacto enormemente positivo que la medida fiscal anunciada por Rajoy en el debate sobre el estado de la nación tendría sobre Extremadura. Según el Consejero, elevar a 12.000 € los ingresos anuales que eximen a asalariados y pensionistas de tributar por el IRPF afectaría a 253.185 extremeños, que dejarían de ingresar en las arcas de Hacienda 23 millones de €, con los que podría activarse el consumo y el emprendimientos en nuestra región. Ni mas ni menos

Pero he aquí que, casi a la misma hora, los técnicos del Ministerio de Hacienda hacen publica una estimación según la cual la exención del IRPF beneficiará a 9.300 extremeños, que dejarían de ingresar en las arcas de las haciendas regional y nacional la cifra de 600.000 €. Ello como consecuencia de que, ya ahora, quienes tienen ingresos provenientes de salarios o pensiones inferiores a 11.161,2 €  no están obligados a tributar por el IRPF. Es decir, de golpe, desaparecen  243.885 extremeños “beneficiados” por Rajoy y, lo que es aun mas grave para él, al Consejero le birlan mas de 22 millones de euros.

¿Error del Consejero a quien un periodista por sorpresa ha puesto la alcachofa? No, fue en rueda de prensa convocada al efecto con papeles en mano. ¿Ignorancia de quien ocupa tan importante cartera o de sus asesores? Tampoco; el equipo, incluido el titular, provienen de nuestra Universidad, de la Facultad de Económica y Empresariales y hay que dar por hecho que saben hacer cálculos matemáticos. ¿Entonces?; muy fácil, solo queda una respuesta: el Consejero, siguiendo la política de marketing del Gobierno en que se integra, que prima el titular sobre el contenido, ha querido engañarnos.

Nos toman por tontos.