A
pesar del intento de la mayor parte de los medios de comunicación nacionales y
regionales de ocultar el discurrir de las columnas que desde distintos puntos
de España convergían hacia Madrid, el #22M ciento de miles de ciudadanos hemos
acompañado a los integrantes de las columnas en la última parte de su
recorrido, desde Atocha hasta Colón, arropándoles y amplificando su exigencia
de pan, trabajo y techo.
Curioso,
por no decir otra cosa, el papel de esos medios de comunicación que siguen sin
entender que, -si ellos no informan, mienten (sobre el numero de manifestantes
por ejemplo), o manipulan (la manifestación mas violenta de la legislatura)-,
los ciudadanos tienen otros medios para informarse, para conocer la verdad de
lo que ocurre, y, sobre todo, para comunicarse. La decisión del turco Erdogan
de cerrar Twitter resulta reveladora en este sentido.
El
#22M la izquierda salió a la calle en Madrid; la izquierda radical,
(simbolizada por el “asalta supermercados” Sánchez Gordillo), que radicalmente
se opone a que los efectos de la crisis la paguen las clases mas
desfavorecidas; la izquierda
alternativa, que intenta, ya veremos con que éxito, canalizar el hartazgo hacia
los políticos tradicionales de parte de la población; pero sobre todo la
izquierda ciudadana, y (como se decía antes) la clase trabajadora.
En
la manifestación se vieron miles de banderas; banderas de las comunidades
autónomas de donde salieron las columnas; banderas republicanas, que brillaban
mas que la enorme enseña nacional que preside la Plaza de Colón; banderas de
diversos grupos de la izquierda radical y alternativa; y banderas, muchas
banderas, de Izquierda Unida, que ve al alcance de la mano el sorpasso, si,
como parecía ponerse de manifiesto allí, se convierte en la principal referencia
electoral de esa clase trabajadora que movilizada puede volver a marcar los
destinos de este país.
Al
hilo de esto, una última reflexión; la noche del #22M, una militante socialista
extremeña decía en un tuit que las personas que se estaban manifestando en
Madrid estaban defendiendo los derechos que consiguió el PSOE. Tiene parte de
razón, aunque posiblemente no bien expresado. Lamentablemente, el PSOE no
estaba allí para acompañar a quienes estábamos defendiendo esos derechos.
Estaba de campaña.
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