Aparentemente, el PSOE se encuentra en un callejón sin salida. Si no apoya con su abstención la investidura de Rajoy, será acusado de irresponsabilidad, de poner en riesgo el futuro de España y de no se cuantas lindezas mas. Si la apoya “a última hora”, con “algunas abstenciones”, durante todo lo que dure la legislatura tendrá que asumir (Podemos se encargará de recordárselo todos los días) que Rajoy será nuevamente presidente con su apoyo, con lo que, en cierta medida, será corresponsable de las nuevas barrabasadas que se perpetren. El precio en las urnas es incalculable, pues muchos votantes no le perdonarán, no le perdonaremos, que haya propiciado la continuidad de Rajoy. Lo dicho: un callejón sin salida.
O no.
En mi opinión, el PSOE tiene, primero, que aguantar los envites actuales, -y los que recibirá según avancen los días y Rajoy no sea capaz de sumar los apoyos necesarios-, manteniendo la posición adoptada, es decir: NO es no, las veces que Rajoy someta a votación su investidura.
En segundo lugar, si Rajoy fracasa en sus intentos, Pedro Sánchez debería convocar a las fuerzas políticas que no hubiesen apoyado activamente a Rajoy (Podemos, C´s, nacionalistas, independentistas) y proponerles un proceso de negociación para llegar al mínimo común denominador; es decir al acuerdo que permita a todos apoyar la investidura de un candidato que forme un gobierno progresista/reformista; que cierre el negro periodo que Rajoy ha protagonizado; que siente las bases para iniciar las reformas que todos entiendan necesarias; que derogue las medidas mas lacerantes del gobierno de Rajoy y que haga frente a los nuevos ataques que nos vienen de la Unión Europea.
La única alternativa posible a Rajoy, si este fracasa, es un gobierno apoyado por el PSOE, Podemos y C´s; un gobierno similar al que hubiese sido posible hace unos meses, pero que los sueños de algunos no permitieron.
Esto que planteo no tiene nada que ver con lo que está insinuando Podemos para arrinconar aun mas al PSOE: Un gobierno apoyado por las fuerzas progresistas e independentistas. Ni los números ni algunos planteamientos de estas fuerzas lo permiten, por mucho que lo diga Podemos. Lo que planteo es una alternativa que, además, hará que todos tengan que retratarse.
Esta es, en mi opinión, la salida que pude abrirse en el callejón en el que se encuentra el PSOE. Veremos
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